Ella venía de Marte
Ella venía de Marte. Y todos los sabíamos.
Lo sabíamos porque en la Tierra jamás ha existido alguien como ella, por eso sabemos que no podía ser de aquí. No era especialmente excéntrica, ni tampoco extraña, ni si quiera podemos decir que fuera rara. Simplemente era diferente.
Era una espía, llegó desde otro planeta con el único fin de estudiarnos. Desde que aterrizara en la tierra comenzó a superar barreras. Las primeras en la infancia, superando enfermedades y convirtiendo en virtud cada detalle. Después pudo estudiar y forjar una carrera con la que ayudar a los habitantes terrestres a sentirse mejor, a superar sus problemas. Nunca necesitó de nadie más para valerse por sí misma. Pero sí que supo estar en los momentos en los que se necesitó su presencia, dejando de lado todo lo conseguido por estar donde debía.
Supimos de su pertenencia a Marte hará unos veinte años. Cuando comenzó su vida de retiro, cuando comenzó a hablar más con ellos que con nosotros.
Yo sé que ella venía de Marte porque me lo confesó una vez. Fue hace relativamente poco. Me sorprendió que fuera tan directa. Pero es que su mente ya no disimula. Está allí con ellos. Ella sigue viviendo entre nosotros, pero su mente nos ha dejado, llevaba mucho tiempo deseando irse.
Lo que más me sorprendió de su confesión fue el hecho de que no me sorprendió. Lo que más me gustó fue que entendí porqué yo a veces me sentía tan lejano de este mundo. Y es que si ella viene de Marte, yo tengo algo de marciano. Y por eso te doy las gracias. Porque siempre seremos marcianos y lo sabemos gracias a ti.
La gente de Marte la mandó a ella para que los siguientes aprendiéramos lo que significa la vida. Y no es otra cosa que esfuerzo, familia y amistad hasta morir.